Dos horas que dan para mucho. No es un documental, no es una gira, es una tragedia
La ansiedad se apodera de un equipo, que ilusionado por el éxito de ‘El Madrileño’, se encuentra de frente con un problema que pone en pausa esa emoción; un tour firmado sin un espectáculo cerrado. ‘Una ambición desmedida’ nos muestra todo aquello que no pudimos ver de la última gira de C. Tangana y nos ayuda a entender un poco más su presente.
Más que un documental
Sin miedos ni tapujos, vemos al Pucho más sincero en una pieza audiovisual que expone la ansiedad, frustración y sobre todo la inquietud que puede esconder una estrella
Little Spain es la productora encargada de llevar a cabo la pieza, trayendo a la mesa una imagen perfectamente fotografiada y de una calidad exquisita. Desde planos que muestran la inestabilidad de un artista de la talla de C. Tangana en medio de una crisis existencial que no le deja pensar con claridad, a una cantidad de escenas grabadas desde ángulos imposibles que enseñan frames de los conciertos que te ponen la piel de gallina. La entrega de la gente es lo mínimo que se puede esperar en un show de esas magnitudes.
Y por otra parte, podemos ver esa lucha interna del artista, lleno de dudas normales en alguien que ya ha hecho historia en nuestro país y se ha consolidado como una de las figuras más importantes del mismo. A la vez que la gestión de todas esas adversidades que aparecen conforme va avanzando el transcurso del tour. Con un final que ha despertado en el público esperanza e incertidumbre al mismo tiempo. La posible vuelta de un C. Tangana más rapero al que la gente recuerda con mucho cariño y que desea inmensamente de vuelta. Aunque puede que esa ya no sea una realidad factible. De momento nos deja con un rap al final de la película a modo de resumen y con ganas de saber qué será lo siguiente.
Texto: Cristina Puerto