Una mezcla entre la ansiedad y el miedo surgida del posible comienzo de un nuevo amor es lo que lleva a Juicy BAE a traernos su último trabajo: ‘Antes de Conocerte (Parte I: Premonición)’. Este disco nos transmite la tranquilidad que se siente cuando te das cuenta de que puedes volver a enamorarte. La llegada a un lugar casi idílico donde puedes bajar la guardia y dejar de preocuparte por el daño que te puedan hacer. En este ámbito, al comparar este trabajo con el anterior, apreciamos perfectamente como el rojo de ‘PTSD‘ nos remite una sensación de amenaza, de miedo, un rincón oscuro fruto de un desamor. Se utilizan precisamente estas siglas “PTSD” para reforzar el concepto del álbum, pues son la traducción al inglés del trastorno de estrés postraumático, que en este caso, sería ese amor que ha finalizado de una manera repentina.
Sin embargo la estética que envuelve este nuevo trabajo, sobre todo el color azul, inspira una paz abrumadora. Quiere llevarnos a un sitio seguro donde dejamos atrás el nerviosismo anterior, consiguiendo una vibra elevadora captada perfectamente en la portada del disco, hecha por el diseñador Charlie Smits.
Lo que parece una historia contada desde una primera persona hipotética se convierte en un proyecto extremadamente personal donde la sevillana se abre en canal para compartir con nosotros lo que está viviendo. Este rasgo lo caracteriza la escasez de colaboraciones presentes en el disco. Aunque siempre acompañada de su mano derecha, PMP, pues juntos nos regalan esta pieza tan íntima.
En cuanto a lo musical, no se ha dejado nada. Yendo desde el reggaetón al flamenco y pasando por el trap, se desenvuelve en una variedad inmensa de estilos para que nadie pueda quejarse. Empieza con un ritmo más melódico cercano al R&B en ‘Cuando el Río Suena Agua Lleva (Intro)’ para cambiar totalmente de registro a un reggeaton más sucio en ‘Yucton’, primer adelanto del álbum que nos ponía sobre aviso de lo que nos íbamos a encontrar, y después a uno más puro en ‘La Última Vez’, cierre del álbum y superación total.
Si bien esta es la primera vez que la artista se mete de lleno en este estilo más reggaetonero, lo que no hace por primera vez es montarse en un beat de trap. La Juicy se mueve como pez en el agua en este registro, ya que fue una de las pioneras del movimiento en España. Con ella llega el trap anglosajón a la península, introduciendo el slang propio del sonido que nos puede recordar al de artistas como D-Block (el cual también tiene un disco titulado PTSD). Toda esta influencia aparece plasmada en ‘PLUTO BAE’, el cual podríamos identificar como el track más oscuro del álbum lleno de influencias americanas.
La fusión con el flamenco es una parte imprescindible en la discografía de la cantante. Recurriendo a sus raíces andaluzas, introduce las palmas y la guitarra mezcladas con distintos sonidos urbanos configurando algo muy único que solo podemos escuchar en su música. Dentro del disco nos deja ver esta faceta en ’11/11 (interlude)’, canción que sirve de puente para uno de los temas, a mi parecer más bonitos del álbum ‘Neptuno’. Hace algo parecido en el tema de ‘Malas Lenguas’ donde las palmas son las protagonistas de toda la composición. Y es que la andaluza no se olvida de donde creció, lo que lleva a desvelarnos esa conexión entre su herencia flamenca y el mundo del trap, el origen de ambos sonidos: la calle.
Si retomamos el modo historia, el recorrido va desde la intensidad del principio de una relación y la intimidad que existe entre las dos personas en ‘SOLOS’, hasta ese miedo de que te vuelvan a clavar un puñal por la espalda en ‘YEAHx12/Bubbaloo’ como dice en la misma canción. Al final, podemos categorizarlo como un camino a lo largo de la ambivalencia entre el amor y el miedo que se puede sentir tras algo que te marca tanto como el final de una relación tan dañina.
Lo que está claro es que Juicy BAE es una de las estrellas del trap nacional y con este disco solo reafirma su posición como promesa de la vanguardia española. Ahora la pregunta es: ¿habrá segunda parte?