Con referentes tan variados como Guille Milkyway de La Casa Azul, Charli XCX o Samantha Hudson, el artista barcelonés FRIEDRIICH presentó a finales del año pasado su primer EP. Storm in My Head está compuesto por siete canciones, donde cada una explora un sentimiento.
El cantante catalán habla con MOCCA Magazine para contarnos como está siendo el proceso de iniciarse en la industria musical. Reflexiona sobre como sus vivencias personales se reflejan en sus letras, melodías y videoclips; y de como las redes sociales le ayudan a difundir su arte. Su segundo EP, nos adelanta, ya está escrito. Explorará el desamor y podremos escuchar las canciones que lo componen a lo largo de este año.
Tu EP Storm in My Head habla en cada canción de una emoción diferente: rechazo, aceptación, orgullo… ¿Cómo nace la idea?
R: La idea nace de enlatar seis sentimientos diferentes y su memoria emocional, con sus propias experiencias, en un mismo concepto. Es un camino para fortalecerse del pasado, rememorando y afrontándolo de la manera más efectiva, evasiva o trágica posible. Las canciones se corresponden con siete etapas por las que he pasado. Comenzando por Don’t Blame Me, que habla de dejar de atribuirme la culpa de personas que no han hecho un esfuerzo en comprenderme y dejar de batallar por ellas.
Hundirse en lo más bajo de uno mismo por la angustia que comportaba la batalla y querer empezar en una hoja en limpio, es lo refleja Storm in My Head. Trazar en esa hoja otra dimensión, más confortante que la propia realidad, y ascender a un lugar más esplendoroso en Ascension. Con Alienation continúo esa ascensión más allá de esa dimensión, hasta el planeta Saturno, el sitio de acogida para todas las personas a las que nos desmerecen por expresarnos de otra forma. En The Architect trato de comprender que las personas que más nos han celebrado pueden desvanecerse y dejar una de las memorias más bellas. Crazy Beautiful Life anima a que nos elogiemos y nos apreciemos tanto como nos apreciaban esas personas que han contribuido a nuestras vidas. Y en último lugar, no olvidar que tenemos una memoria emocional, pero que nosotros podemos con ella, con Live and Forget.
Te defines como una persona a la que a veces le cuesta expresar sus sentimientos, ¿te ayuda la música a hacerlo?
R: Cuando hice todo el proceso creativo inicial, sí; me costaba articular mis sentimientos. Pero con el tiempo y con terapia, me he dado cuenta de que estaba completamente capacitado. Hay personas que forman parte de mi pasado, con las que he desarrollado relaciones muy estrechas, que me repitieron constantemente que tenía una manera extraña de comunicarme emocionalmente o que la misma era inadecuada.
En Don’t Blame Me hablo de cómo me centré demasiado en lo que proyectaban esas personas hacía mí. Durante muchos años me he creído incapaz de mostrarme vulnerable, la música ha sido muy terapéutica para mí. Escribir música y proyectarla en directo me ha ayudado a entender que era perfectamente capaz de transmitir lo que sentía.
Le das mucha importancia también al lenguaje corporal y a la estética, ¿cómo incorporas estos elementos sin perder la esencia del mensaje de tus letras?
R: Del lenguaje corporal no busco nada forzado, sino que me dejo llevar e intento ser lo más natural posible. Es verdad que a veces cuando estamos nerviosos y tensos parecemos un muñeco de playmobil. Pero cuando la energía puede fluir, quedan resultados muy bonitos e identificables con nuestra propia esencia. Así que siempre me centro en la naturalidad de mi cuerpo y las formas que él quiere crear. En cuanto a la estética, creo que es muy importante que seamos capaces de “comérnosla”, literalmente. Tenemos un millón de inputs, mucho donde inspirarnos, sobre todo en redes sociales.
Hay tanto ya inventado que lo que más esencia personal puede tener es nuestra propia fisionomía y físico, porque es lo que nos hace únicxs. Y, especialmente, que nos sintamos bien con lo que llevamos. En el EP intenté utilizar un color para cada canción; Don’t Blame Me es púrpura, Storm in My Head es rojo, Ascension es azul, Alienation es verde, The Architect es rosa, Crazy Beautiful Life es amarillo y Live and Forget es gris. Además, la estética de cada uno de ellos va acorde con las letras de mi logo y su portada.
También bailas voguing y waacking, estilos ligados históricamente a reivindicaciones LGTB, ¿cómo se refleja tu identidad en la música que creas?
R: Ambos estilos de baile reflejan la identidad de la música que hago porque viene de mis experiencias, que están marcadas por formar parte del colectivo LGTBIQ+. Las personas que originaron el voguing fueron afroamericanas, latinas y trans en Nueva York. Y, en el caso del waacking, del colectivo gay de Los Ángeles. Estos estilos le dan un empujón a mi seguridad encima del escenario. Cuando estás bailando, en un concierto o en un ensayo, es como si estuvieras en una burbuja y te ayuda a empoderarte mucho. Quise reflejar esta escenografía en los directos, para que las personas puedan conocer estos estilos de baile tan complejos y con tanto trasfondo. Y agradezco muchísimo la paciencia que tiene mi profe, Franky Frosties, en enseñarme las coreografías con tanta dedicación.
¿Con qué artista te encantaría colaborar en un futuro?
R: A nivel nacional, me encantaría colaborar con La Casa Azul o con Samantha Hudson. Con Guille Milkyway me encantaría escribir una canción tan poderosa como La Revolución Sexual. Siempre me ha transmitido una fuerza enorme y unas ganas de bailar tremendas, y creo que combinarían muy bien nuestras voces. Con Samantha, en cambio, me encantaría escribir una letra chula y perturbante, y luego grabar un videoclip súper loco, con un concepto muy parecido al de Telephone de Lady Gaga y Beyoncé. Si puedo hacer volar la mente, también me encantaría colaborar con artistas internacionales como Charli XCX o Tove Lo.
Con Charli podría hacer una canción de hyperpop súper pegadiza y con mucha metralleta. Es una persona con tanto talento y que lleva tantos años en la industria de la música que aprendería mucho con ella. Con Tove, me imagino creando una canción muy poderosa para las mujeres y el colectivo LGBTIQ+, con una videografía fuera de lo normal. Me parece una persona que tiene mucha creatividad y adoro su forma de ser en las redes sociales.
Dices que es importante para ti conectar con tus oyentes, ¿son las redes sociales una buena herramienta para ello, o por el contrario hacen la conexión más difícil?
R: Más allá de la importancia que pueda darle, me gusta conectar con las personas de la forma más espontánea y natural posible. Al tener que gestionar tantas cosas a la vez, por ser un artista independiente, me cuesta mucho generar la cantidad de contenido que me gustaría. Me pasan muchas cosas por la cabeza durante el día y me encantaría poderlo exteriorizar con mis oyentes. Por eso, cuando tengo un concierto, intento trasladar esta información que se queda atrás y que no me da tiempo a publicar.
Las redes sociales son la cara y la cruz de la moneda. Instagram tiene un algoritmo que cambia constantemente, y a veces me es imposible averiguar qué hacer para que mi contenido llegue al máximo de personas posibles. En otras ocasiones, el contenido tiene un blow up brutal y lo ven miles de personas. En cambio, con TikTok puedes tener a poca gente, pero si publicas mucho contenido, es probable que nuevas personas se fijen en tu perfil y empieces a conectar con ellas.
Tus canciones exploran emociones complejas, pero tienen melodías pegadizas y bailables, ¿por qué crees que te sale transformar tus sentimientos en canciones bailables?
R: Al final somos lo que sufrimos, y hay experiencias que nos pueden marcar para siempre. Pero no podemos estar todo el tiempo centrándonos en la tristeza. No se puede vivir constantemente en el lamento de algo que nos ha hecho daño en el pasado. Por eso, he querido crear canciones que se puedan bailar en directo, con sus propias coreografías. Creo que es otra perspectiva de ver las cosas, muchas de mis canciones hablan de un sentimiento triste o melancólico, pero tienen el plot twist de la melodía bailable.
La mayoría de tus canciones son en inglés ¿por qué elegiste este idioma?
R: Elegí el inglés porque me es más fácil acortar los mensajes y simplificar las frases. Al estar acostumbrado a escuchar un gran número de música en inglés y tener unas referencias que son estadounidenses o británicas, no percibía mi música de otra manera.
En The Architect, una de tus canciones más personales, sí que podemos escucharte cantando en castellano ¿por qué ese cambio?
R: The Architect es en castellano porque es el texto que leí en el entierro de mi abuela, y es lo que me inspiró a emprender en el mundo de la música. Mi abuela era una de las personas que más admiraba en mi vida, y había cuidado de mí durante mucho tiempo. Siempre fue de las personalidades más fuertes de la familia, en el buen sentido de la palabra. Nunca había medias tintas para ella, siempre tenía claro lo que quería. Era un ejemplo a seguir; y como solamente me fijaba en las figuras femeninas, a parte de mi padre, era un ángel que me guiaba por el camino, sigo pensando que lo hace.
Cuando empecé a componer, tenía el pensamiento de hacerlo todo en inglés, y a medida que pasaba el tiempo, comencé a volver la hoja y hacer únicamente el estribillo o segmentos de él en inglés, y lo demás en castellano; cómo pasa también en Ascension. Me hizo dar un cambio, porque suponía sintetizar y encontrar un significado lo más equivalente posible en ambos idiomas.
¿Podremos escucharte en un futuro en otros idiomas como el catalán?
R: Ahora mismo no tengo ninguna canción escrita en catalán, pero es algo que no voy a descartar, porque es mi lengua nativa y es muy especial para mí.
En febrero tienes dos conciertos, ¿qué podemos esperar de estos shows? ¿Cómo está siendo la experiencia de trasladar al directo tus canciones?
R: La experiencia de trasladar al directo mis canciones es una fantasía. Como artista, creo que lo que más me gusta es dar conciertos y conectar con el público. Ser capaz de proyectar las letras a las personas que están allí escuchándote, es algo hipnótico y sensorial. Creo que es una experiencia en la que nos podemos quedar embobados los unos y los otros, y que nos conecta un nivel más, al que no hubiéramos conseguido llegar manteniendo una conversación.
¿Cuándo podremos escuchar nuevas canciones de FRIEDRIICH?
R: A lo largo de este año. En este momento ya está escrito el próximo EP, cuya temática será el desamor. Se viene innovar en el tipo de pop que hemos estado haciendo hasta el momento. Manejamos otros instrumentos de grabación para darle un giro diferente a la voz. Además, las nuevas letras tienen un nivel sentimental todavía más elevado, porque tratan de un vínculo muy especial que tuve con una persona que ya no forma parte de mi vida. Es una relación que viví de forma muy intensa y he tenido mucho material para escribir las letras.