Descubre a Monet, el padre del impresionismo

¿Sabías que el movimiento impresionista se llama así por una obra de Monet? No es casualidad que sea unos de los artistas más importantes y conocidos del impresionismo, por no decir el que más, ya que algunos lo llaman “el padre del impresionismo”.

En 1874 el crítico de arte Jules Castagnary utilizó el título de un cuadro de Monet, Impresionismo, Salida del sol, para identificar la nueva manera de pintar. En referencia a este famoso cuadro, aparece señalado en el libro La luz en la pintura, prologado por Antonio Gala(;) “Sin lugar a dudas el ejemplo más paradigmático de la luz emergente del cuadro” y continúa diciendo, “Para no perder la inmediatez de la sensación, recurre a aplicar directamente el color, abandonando el dibujo, con lo que los objetos ya no se representan por signos, sino por su propios componentes: las manchas, los colores. Éstos, puros y claros, aplicados sobre telas preparadas en blanco con rápidas, sueltas y agitadas pinceladas, reproducen el carácter prismático de la luz, permitiendo que los colores se mezclan ópticamente al contemplarlos desde la distancia adecuada.”

Impresionismo, Salida del sol. Monet

Impresionismo

La aparición del impresionismo surgió en una escuela pictórica que se desarrolla en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX, que trataba de captar la impresión inmediata que produce la visión del natural generalmente al aire libre, por medio de una técnica rápida y directa de pinceladas sueltas y colores puros. Lo que comparten los pintores impresionistas es el interés por la luz, unidos por lazos de amistad, pero con individualidades muy dispares y trayectorias muy diferentes.

Los referentes más importantes dejan a la vista unas características claras; Tienen una conciencia sobre la fugacidad de la vida que se ve acompañada por un continuo vaivén de sensaciones. Investigaron sobre las diversas experiencias ópticas, que los pintores aplicaban intuitivamente, pero que aun así estudiaban esa influencia que ejercían unos determinados colores al lado de otros o la llamada “mezcla óptica”, es decir, lo que nosotras llamaríamos “efecto óptico”, que se genera al alejarse del cuadro y que produce una combinación de pinceladas de distintos colores. También fue muy importante el auge de las fotografías que introdujo múltiples puntos de vista en los encuadres y acabó con las composiciones tradicionales. 

Características del Impresionismo

El impresionismo se caracteriza por pinceladas cortas y/o pequeñas que generan la impresión de ver un objeto, una persona o un paisaje. Muchos pintores impresionistas pintan escenas cotidianas del día a día. Y resulta muy interesante darse cuenta de que en vez de estar viendo a un objeto, una persona o un paisaje, en realidad lo que estás viendo son un conjunto de pinceladas escogidas minuciosamente en un estudio exhaustivo del color en un lienzo que te hace creer la ilusión de que eso que estás viendo es real.

“Los impresionistas lucharon para encontrar una luminosidad perfecta con la que ilustrar sus cuadros. Los estudios de Monet en este ámbito fueron esenciales para definir la importancia del color en las obras de este movimiento.” (IFEMA Feria de Arte contemporáneo de Madrid)

Personalidades del Impresionismo

Ponerle nombre al impresionismo partiendo del cuadro de Monet vino como anillo al dedo para caracterizar cuatro nombres fundamentales, es decir, para “agrupar” a los cuatro referentes principales:

  • Camille Pissarro (1830 – 1903), fue considerado como el principal paisajista del impresionismo.
  • Alfred Sisley (1839 – 1899),  se caracterizó por la creación de paisajes apacibles y amables.
  • Pierre Auguste Renoir (1841 – 1919), que trasladó la visión impresionista a la figura humana.

Y, por supuesto, Claude Monet (1840 – 1926) quien, después de llevar a cabo en los años setenta, las obras más típicas, evoluciona hacia una pintura diluyente. Él manifestaba que no había que pintar los objetos, sino fijarse en los colores que los componían , “pintar sin ver los objetos pintados”.  Esto hace que el instante fuese principal para él, pues a cada momento los colores influidos por la luz variaba. Así, sus series sobre la catedral de Rouen en distintos momentos del día y el año son un buen ejemplo de ello.

Puente japonés. 1899. Claude Monet 

Podría decirse que Monet es famoso hoy en día por sus nenúfares, una clara obsesión que se puede ver en su obra. Es más, cuando se fue por dos semanas a Venecia con su segunda mujer, semanas de las que salieron varios cuadros exquisitos, su mujer dijo estar contenta al ver que pintaba otra cosa que no fueran nenúfares, ya que llevaba varios años sin pintar otra cosa. Toda esta serie de cuadros se basan en su Jardín de Giverny, donde vivió y trabajó desde 1883 hasta su muerte en 1926. 

Considerado por André Masson “la Capilla Sixtina del impresionismo”, desarrolla un obra de paisaje con agua acompañada de nenúfares, de ramas, de reflejos, de árboles y de nubes. Monet se olvida del horizonte para concentrarse en pequeñas zonas del estanque, trabajando casi en primer plano.

Nenúfares. Los sauces, luz de la mañana. 1914- 1926. Claude Monet

¿Quién es Claude Monet?

Claude Monet

De pequeño empezó haciendo caricaturas, pero no tardó mucho tiempo en pintar paisajes y marinas, ya que le gustaba trabajar al aire libre. A los 19 años empieza sus estudios en París financiado por su familia. Pero es llamado para el servicio militar y se tiene que marchar, pero tan solo un año después su tía consigue traerle de vuelta a Francia. Acaba viajando por Europa totalmente hechizado por las luces y por los colores en los distintos momentos del día.

En el Reino Unido descubre a Turner, que acaba siendo una influencia para él por sus estudios paisajísticos. En Londres ellos ven una condición diferente de la luz y de la atmósfera de la que habían visto en París. Monet era un artista muy poco comercial, excesivamente experimental, y fue precisamente eso lo que le dio fama en la exposición de 1874.

Monet había descubierto su estilo, que se fue radicalizando con el tiempo. Intentó captar el instante (sus trenes con humo), la luz (sus paisajes), las variaciones del color a través de sus series sobre un mismo tema, a distintas horas o durante estaciones diferentes. Paulatinamente fue acentuando los efectos luminosos hasta llegar en ocasiones a difuminar las formas o incluso a fundirlas entre sí.

En sus últimas obras, los conocidos nenúfares, la forma está ya prácticamente disuelta en manchas de color. Muchos historiadores de arte afirman que al sufrir de cataratas, el artista veía cada vez más tras un filtro borroso y amarillento. De hecho, tras ser operado, volvió una temporada a su estilo anterior.

Monet murió a los 86 años, dejando una huella indudable en la historia del arte y principalmente en el impresionismo. Una huella marcada por la sensibilidad, la fascinación y la entrega, una huella prácticamente imborrable. 

“El color es mi obsesión diaria, mi alegría y mi tormento”, 

Claude Monet
 Sahara Dolores
Sahara Dolores

Me describo como una persona a la que le gusta mucho aprender intentando tener un pensamiento crítico. Empecé a escribir como medio de expresión a los quince años, pero es algo que he llevado en la sombra, así que me enorgullece mucho poder sacarlo a luz. La escritura nació de mi interés por lectura, es uno de mis grandes salvavidas con la creación artística.

Lleno de vitalidad, en aspectos dulce pero también intenso, así es MOCCA. Puedes leernos tan rápido como si se tratara de una taza de tu café favorito.

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