La realidad ha cambiado por completo a causa de la Covid-19
Se cumple un año de la aparición de la Covid-19, nuestra vida ha cambiado por completo. Desde la casi completa desaparición del ocio nocturno, hasta convertir el chándal en un imprescindible en cualquier armario, pasando por una nueva forma de entender la vida virtual y la normalización del teletrabajo. Pero realmente, ¿hemos cambiado o hemos evolucionado? ¿La “nueva normalidad” llega para quedarse? En Mocca Magazine analizamos cómo ha cambiado nuestra forma de vida en diferentes ámbitos en este año, a causa de la pandemia.
La Covid-19 ha cambiado la forma de entender la vida en todos los ámbitos. Nada es igual que hace un año, no queda nadie que sea la misma persona que hace un año. Si hay algo que nos ha enseñado todo esto es a cambiar, a evolucionar y sobre todo a reinventarnos en todos los aspectos.
La Covid-19 y la moda
Durante el confinamiento que vivimos hace ya un año, el mundo de la moda se vio directamente afectado, ya que los habitantes de todo el mundo, mientras han estado encerrados en casa se han dado cuenta de que no necesitan comprar tanta ropa y han optado por un estilo mucho más comfy . Moda mucho más desenfadada que se adapta a las nuevas necesidades que se han creado en la llamada “nueva normalidad”
El cierre de las tiendas físicas y la escasa necesidad de comprar ropa nueva llevaron a la industria textil a reinventarse e incluir ropa más cómoda como tejidos de algodón. El cambio de los zapatos de tacón a las pantunflas de andar por casa en el teletrabajo han llevado a la población a adquirir prendas más suaves y adaptables a nuestro cuerpo que nos ofrezcan un mayor confort. Un ejemplo claro es Zara, que poco tardó en lanzar una colección de lencería y New Confort cuya característica principal es la estética minimalista y los colores tierra, que abogan naturaleza.
No solo las tiendas convencionales han realizado colecciones del estilos casual comfy, sino que grandes firmas como Prada o Fendi han cambiado completamente sus colecciones del registro al que nos tenían acostumbrados, incluyendo en su colección prendas mucho más desenfadadas o informales. La pasarela evoluciona según lo hace la sociedad ya que está hecha por y para los ciudadanos de a pie. La pandemia nos ha afectado a todos en algún ámbito.
Con todo esto nos cuestionamos, ¿Nos vestimos para nosotros mismos o para causar impresión a los demás?
Además, los talleres de costura se vieron directamente afectados en tiempos de pandemia. Con la deslocalización de la producción y los problemas logísticos que suponía en ese momento trasladar mercancías, las empresas volvieron a poner en valor la producción local y responsable. Muchos de los talleres se convirtieron en fábricas de mascarillas y batas sanitarias que tanta falta hacían y muchas de las producciones textiles que se encontraban fuera de nuestras fronteras volvieron a estar en nuestro país. Esto es una tendencia que ha acentuado el coronavirus, pero que estaba presente unos años antes. La producción responsable y ética está a la orden del día en la industria textil.
Otra de las tendencias que ha acentuado la pandemia, unido a la responsabilidad por el medio ambiente es la compra-venta de ropa de segunda mano. De la mano de distintas aplicaciones como Vinted o tiendas como Humana. Desestereotipar el estigma de adquirir ropa de segunda mano es uno de los pasos más importantes para luchar contra el calentamiento global, ya que esto alarga la vida útil de las prendas. La pandemia también ha creado un cambio de mentalidad en la forma de consumir, ahora se buscan prendas de calidad y de un estilo más minimalista.
La Covid-19 y las relaciones sociales
Las videollamadas, los streams y las aplicaciones para jugar con amigos de manera virtual se han convertido en imprescindibles en cualquier móvil u ordenador. El teletrabajo y la necesidad de reducir el numero de contactos han hecho que la vida online se haya normalizado en nuestro día a día.
Normalizar las videollamadas entre amigos o para reuniones laborales es algo que ha llegado para quedarse, y es que en muchas ocasiones, las empresas realizan un trabajo mucho más optimizado y controlado de manera descentralizada. Por otro lado, en esta situación sanitaria, muchas personas ven aumentadas sus necesidades familiares que durante un trabajo en una oficina no podría atender. Pero como siempre no llueve a gusto de todos, ya que somos seres relacionales y sociales. Y aunque en este momento existan muchas herramientas para mantenernos conectados, nunca será lo mismo hacer una videollamada con una amiga a quedar para tomarte una cerveza o un café.
La música en pandemia
Si hay una cosa que nos ha acompañado durante todo este tiempo es la música. En el momento en el que anunció el estado de alarma, se formó la plataforma #YoMeQuedoEnCasaFestival. En esta, artistas como Dani Fernández, La Pegatina o Efecto Pasillo realizaron conciertos de manera virtual vía directo en Instagram.
De esta iniciativa salió el himno oficial de la pandemia, Quédate en tu casa en la que más de 30 artistas unieron fuerzas. El objetivo de este tema fue animar a quedarse en casa y que en el momento de volver a reunirse, se hiciera con más ilusión.
Por otro lado, la música en vivo ha tenido que reinventarse apostando por una #CulturaSegura en la que se han dejado de lado las aglomeraciones . La música en vivo se ha adaptado y de la mejor manera. Conciertos con aforos reducidos y en asientos separados para mantener la distancia de seguridad. Es posible una nueva normalidad con música en vivo y además, muchos de estos conciertos también se retransmiten vía stream con entradas muy económicas.
El cambio en el estilo de vida
Algo en lo que nos ha hecho reflexionar la pandemia ha sido el ámbito de la salud y el cuidado personal. EL cambio de vida hacia uno más sano, enfocado al bienestar física y mentalmente. La puesta en práctica de ejercicios en casa durante el confinamiento y el aumento del tiempo para cocinar más cuidadosamente ha desatado una fiebre por la preocupación por el bienestar.
La vida fitness es una de las tendencias que ha traído la Covid-19. Mirar por la salud propia no es nada nuevo, pero en los últimos años, el mundo se ha convertido en un lugar frenético en el que normalmente no hay tiempo para preocuparse por la alimentación o el ejercicio físico. Durante el confinamiento, las redes se llenaron de vídeos para realizar ejercicio físico o las versiones más healthy del Fast Food.
El cambio hacia una vida más saludable no es nada nuevo, pero la pandemia ha puesto la mirada en nuestra propia salud. En ocasiones es necesario parar para mirar con perspectiva qué está sucediendo y qué se puede mejorar.
Toda esta situación nos ha enseñado muchas cosas, y algunas de ellas han venido para quedarse para mucho tiempo. No somos los mismos que hace un año, hemos evolucionado.
Por:
Mariasun Sanchez Esteve